TipResumen

En sus inicios estuve completamente enamorado de Veronica Macedo. La conocí con 20 años recién cumplidos y veía en ella un potencial enorme. Una grappler de cierto nivel con un imprevisible juego en sus pies enfocado en patadas desde cualquier ángulo inimaginable. Un estilo peligroso al más alto nivel que esperaba que con el tiempo fuese midiendo y adecuando a la calidad de los nuevos rivales. Sin embargo, actualmente veo en Macedo exactamente a la misma luchadora que hace 3 años. No encuentro mejoras, ni nuevas estrategias con las que paliar las sospechosas y temerarias decisiones que toma dentro de la jaula. Su Instagram solo muestra a una mujer atractiva subiendo storys alrededor del mundo, y que pese a competir en la UFC, continúa entrenando en el patio de su casa. Los datos no son buenos e históricamente esto ha significado que su mente no esta verdaderamente metida en este deporte.

Enfrente tenemos un polo opuesto. La canadiense Gillian Robertson esta obsesionada con las artes marciales. Su vida a girado en torno a ella y ha sacrificado lo necesario para seguir creciendo como luchador. Con la misma edad que Macedo, sus mejoras desde su paso por el Ultimate Fighter han sido sustanciales. Ha cosechado dos meritorias victorias dentro de la UFC, partiendo en ambas con cuota por encima del par. En su última pelea llegó la derrota ante Mayra Bueno Silva, quien suponía un estilo complicado para ella. Y lo que más recuerdo de aquella pelea fue la decepción en su cara. Se la veía destruida. Tal nivel de implicación en una chica tan joven y entrenando con los mejores entrenadores del mundo solo puede derivar en mejores presentaciones.

Estilísticamente hablando, me gusta la mezcla de ambas. Robertson es una grappler muy competente. Cuenta con técnicos derribos y un peligroso grappling a ras de la lona. Ha demostrado ser inteligente, y contar con un perfecto conocimiento de las posiciones convirtiéndose en una seria amenaza.

Macedo tiene ciertas credenciales de jiu jitsu, pero como he comentado anteriormente, su estilo es muy peligroso para este nivel. En la lona, prima la submission por encima de la posición. Un arma de doble filo que la ha llevado a verse en posiciones comprometidas de las que no ha sabido salir una vez que su estrategia inicial fallaba. Lo mismo sucede en sus pies. Sus patadas pueden ser espectacular y letales. Pero así mismo, el obviar los pasos previos para lanzar estos golpes la convierten en un objetivo mucho más fácil de predecir y contrarrestar.

Ambas son luchadoras jóvenes y podemos encontrar grandes avances en sus juegos respecto a sus últimas peleas. Sin embargo, yo me posiciono claramente del lado de la canadiense. Su wrestling me parece que ha evolucionado vastamente, contando con las herramientas necesarias para llevar esta pelea al suelo. Una vez allí, nuevamente veo a Robertson como la luchadora más completa. Macedo puede sacar petróleo en alguno de sus movimientos salvajes, o un increíble knockout con sus piernas, pero tanto en sus pies, como sobre todo a ras de la lona, comete una barbaridad de errores que alguien con la calidad de Robertson debería saber aprovechar.